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Casi le reprocharíamos a Edith Piaf el haber sido tan grande, con su metro cuarenta y siete de estatura, que los otros, detrás de ella, parecen pequeñitos. El haber personalizado de manera tan fuerte y tan plena a la canción francesa que, más de cuarenta años después de su muerte, seguimos buscando, en vano, sus herederos.
Piaf era Francia. Sin marketing, ni hit-parade. Con talento y pasión. Eso es todo.
En la charla a desarrollarse en la Alianza Francesa el viernes se recorrerá la vida y, sobre todo, la obra de esta artista singular que, nacida en la calle y en la miseria, llegó a ser una estrella sin rival en el mundo entero. Se verán videos originales y algunos inéditos de sus recitales y giras así como fragmentos de sus películas.
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